CIUDAD DEL CABO (Associated Press) - Ante la proliferación de tatuajes corporales entre los jugadores de la Copa Mundial de Fútbol 2010, investigadores de la Universidad de Toronto acaban de difundir un informe que reafirma los beneficios de esta ancestral práctica.
En primer lugar, el estudio toma nota de que los tatuajes pequeños y discretos del pasado han cedido paso a otros más visibles y de masivas proporciones. Sin embargo, el trabajo ha echado por tierra la antigua creencia según la cual, después del primer tatuaje, la tinta ingresa al torrente sanguíneo y te vuelve idiota, creando un deseo irrefrenable de extender la autoflagelación con agujas por toda la superficie del cuerpo.
En primer lugar, el estudio toma nota de que los tatuajes pequeños y discretos del pasado han cedido paso a otros más visibles y de masivas proporciones. Sin embargo, el trabajo ha echado por tierra la antigua creencia según la cual, después del primer tatuaje, la tinta ingresa al torrente sanguíneo y te vuelve idiota, creando un deseo irrefrenable de extender la autoflagelación con agujas por toda la superficie del cuerpo.
El estudio también demuestra, sin ningún atisbo de duda, que la inscripción indeleble del nombre de nuestras personas amadas en el brazo, el vientre o los glúteos revela un compromiso emocional profundo y conmovedor. En otras palabras, las personas que se tatúan el nombre de sus seres queridos, a diferencia del resto de la gente, realmente saben amar.
"Los tatuajes", revelaron los científicos, "sólo pueden revertirse mediante un doloroso procedimiento quirúrgico o un injerto de piel. Esta piel puede ser de otra persona o de otra parte del propio cuerpo. El problema es que después hay que buscar más piel para cubrir la parte donde la carne quedó al descubierto. Nuestra sugerencia es que, al buscar piel para el injerto, la persona se cerciore de que esa piel esté libre de tatuajes. De lo contrario, la operación no tendría sentido".
En otro revolucionario hallazgo, los investigadores han concluido que el tatuaje de figuras chinas o japonesas crea en las personas tatuadas un estado de completa sabiduría acerca de los misterios de la vida. Los investigadores han calificado la sabiduría adquirida como “oriental”. De acuerdo a las pruebas científicas realizadas, estos jugadores adoptan una postura vital más propia de Yoda o el señor Miyagi que de un jugador de fútbol con demasiado dinero y escasa educación.
Por último, de acuerdo al mismo estudio científico, resulta infundada la preocupación por el estado de los tatuajes con posterioridad al retiro profesional, cuando la musculatura pierde tonicidad por la falta de ejercicio físico y el exceso de comida. "Es improbable", asevera el informe, "que las bellas mujeres tatuadas en el cuerpo de los jugadores terminen pareciendo deformes huevos fritos". Igualmente, concluye el informe, "si esto llegara a ocurrir, el problema no será tan grave si a poco de retirarse el jugador sufre muerte prematura".