(BUENOS AIRES, Télam) - El revuelo político por el supuesto funcionamiento de una aduana paralela montada por funcionarios argentinos en Caracas, Venezuela, ha provocado una inmediata reacción del gobierno para contrarrestar las críticas.
A tal efecto, en la tarde de ayer ofreció una conferencia de prensa el Ministro de Planificación, quien prefirió no identificarse. “La acusación carece totalmente de sustento. Es como si alguien quisiera encarcelar a la ciudad de Buenos Aires por tener calles paralelas”, afirmó el Ministro. “La realidad es que teníamos la intención de mudar la segunda aduana a la vuelta de la esquina para hacerlas perpendiculares”, prosiguió el funcionario conocido en su entorno íntimo como Mimosín, “pero los terrenos en Caracas están por las nubes”.
Tratando de bajar el tono al acalorado debate de las últimas semanas, el Ministro declaró que “Tampoco crean que la aduana paralela era un gran negocio. Ingresos había, pero los gastos se comían todo. ¿Saben lo que es pagar el doble de secretarias, empleados y fotocopiadoras, más una trituradora de papel para casos de emergencia?”.
Haciendo un inesperado mea culpa, el Ministro confesó que “Después de un tiempo nos dimos cuenta de que estábamos haciendo algo malo, pero no tuve la fuerza para mirar a los ojos a esas secretarias y empleados de la aduana paralela y decirles que teníamos que cerrar. Es un objetivo prioritario de este gobierno preservar todas las fuentes de trabajo”.
A tal efecto, en la tarde de ayer ofreció una conferencia de prensa el Ministro de Planificación, quien prefirió no identificarse. “La acusación carece totalmente de sustento. Es como si alguien quisiera encarcelar a la ciudad de Buenos Aires por tener calles paralelas”, afirmó el Ministro. “La realidad es que teníamos la intención de mudar la segunda aduana a la vuelta de la esquina para hacerlas perpendiculares”, prosiguió el funcionario conocido en su entorno íntimo como Mimosín, “pero los terrenos en Caracas están por las nubes”.
Tratando de bajar el tono al acalorado debate de las últimas semanas, el Ministro declaró que “Tampoco crean que la aduana paralela era un gran negocio. Ingresos había, pero los gastos se comían todo. ¿Saben lo que es pagar el doble de secretarias, empleados y fotocopiadoras, más una trituradora de papel para casos de emergencia?”.
Haciendo un inesperado mea culpa, el Ministro confesó que “Después de un tiempo nos dimos cuenta de que estábamos haciendo algo malo, pero no tuve la fuerza para mirar a los ojos a esas secretarias y empleados de la aduana paralela y decirles que teníamos que cerrar. Es un objetivo prioritario de este gobierno preservar todas las fuentes de trabajo”.